La prediabetes es un estado de salud crítico pero reversible, donde el nivel de glucosa en sangre es más elevado de lo normal sin llegar a los umbrales de la diabetes tipo 2. El gran peligro de esta condición es que suele ser "silenciosa": avanza sin provocar dolor ni malestar evidente. Sin embargo, el cuerpo puede emitir una señal visible en la piel conocida como "acantosis nigricans".
Tanto los adultos como los niños que alcanzan la prediabetes tienen una mayor posibilidad de desarrollar diabetes tipo 2, pero este traspaso de una hacia otra es evitable. Para ello es necesario estar atento a las señales que pueden indicar un nivel alto de azúcar
Síntomas de la prediabetes
El peligro de la prediabetes es que muchas veces puede estar presente sin manifestarse. Las personas que descubren que la tienen, suelen hacerlo de forma casual por análisis clínicos de rutina como extracción de sangre. Un posible signo es la acantosis nigricans, el oscurecimiento de la piel en zonas como el cuello, los codos, las axilas o la ingle.
Pero, cuando una persona pasa de la prediabetes a diabetes tipo 2, hay algunos indicadores como:
Aumento de la sed
Ganas frecuentes de orinar
Aumento del hambre
Cansancio
Visión borrosa
Entumecimiento en los pies o las manos
Infecciones que aparecen frecuentemente
Llagas que demoran en cicatrizar
Pérdida de peso involuntaria
Cómo detectar prediabetes
Para asegurarte de que tenés prediabetes, deberás consultar con un médico clínico o endocrinólogo. Este puede solicitar exámenes de detección de glucosa en sangre.
Los factores que aumentan el riesgo de desarrollarla son el sobrepeso, tabaquismo -también afecta a fumadores pasivos-, el tamaño de la cintura -superior a 100 centímetros en hombres y más de 90 en mujeres-, una alimentación rica en carnes rojas y procesada, el sedentarismo, la edad -a partir de los 35 años incrementa-, la diabetes gestacional y el síndrome de ovario poliquístico.